lunes, 28 de septiembre de 2015

LA PESCA MILAGROSA

LA PESCA MILAGROSA
Introducción
Ellos eran experimentados, talentosos y capacitados, sabían todo tipo de estrategias de la pesca, porque este trabajo era la fuente de su sustento.
Sin embargo, vemos en este pasaje que trabajaron por toda la noche, pero no pescaron nada, supongo que habían agotado sus fuerzas en la jornada de trabajo, usaron todas las estrategias posibles y todos sus conocimientos acerca de la pesca, pero el resultado siguió siendo el mismo, un desastre.
Imagínese después de un largo día de trabajo, tenga en cuenta que su trabajo no ha producido nada, usted no tendrá dinero para comprar la leche de su hijo, o pagar el recibo de la luz de su casa, creo que eso es lo que ellos sintieron al verse en esa situación.
Pero toda esta situación se puede revertir cuando Jesús está con nosotros.
I - ACTITUDES DE LOS PESCADORES EN RELACIÓN CON EL FRACASO
1.1 - Se bajaron de la barca v.2
La barca representa el centro de la voluntad de Dios, el lugar donde Jesús quiere que nos quedemos.
Bajar de la barca significa dejar la dirección de Dios, significa salir de la iglesia, dejar el puesto que Jesús ha preparado para nosotros, no baje de la barca, esta es el instrumento que nos llevará hasta el lugar donde Jesús nos honrará.
1.2 - Lavaron las redes v.2
Redes representan el talento, la capacidad, las promesas, los proyectos que Dios ha puesto en nosotros.
Lavar las redes significa enterrar y tirar todo lo que Jesús ha puesto dentro de nosotros,
Si la barca es lo que nos mueve, las redes son herramientas que vamos a utilizar en favor de la obra de Dios.
No lave las redes, no se rinda, no haga a un lado lo que Dios le dio.

II - ACTITUDES DE JESÚS EN RELACIÓN CON LOS PESCADORES

2.1 - Jesús vio v.2
Incluso la multitud que rodeaba a Jesús no le pudo impedir observar a los pescadores, por otra parte, está escrito que Jesús tiene ojos como llama de fuego, nada se oculta a la vista, que lo sabe todo y sabe lo que está pasando con nosotros.
Al mirar a los pescadores Jesús miró el problema, pero también la solución.
Lo mismo sucede con nosotros, Jesús nos mira todos los días y sabe todos nuestros pasos, conoce nuestra conversación y nuestras acciones, nuestro levantar y nuestra hora de acostarnos.
Gloria a Dios, que conoce el problema, y más aún que la solución puede darnos.

2.2 - Jesús subió a la barca
La gran razón por la que no lograron el éxito fue que Jesús no estaba en la barca.
El pescado se podía ocultar, podía sacudirse la barca, el viento y el mar podían agitarse, pero cuando Jesús está en la barca toda sucede como él quiere, nadie puede detener sus obras.
Deje a Jesús en la barca de su vida, en la barca de su familia, en la barca de su trabajo, en la barca de su matrimonio, déjelo entrar y hacer lo que Él quiere en su vida.
Glorificado sea el nombre del Señor

2.3 - Jesús enseñaba a las multitudes desde la barca v.2
Esta actitud de Jesús me llamó la atención porque yo estaba pensando en mí mismo, si Jesús entra en mi barca, me gustaría que mi milagro ocurriera inmediatamente.
Pero antes de hacer el milagro, Jesús se hizo cargo de las cosas espirituales del Padre
Antes de emprender la gran pesca tuvieron que escuchar las hermosas palabras de Jesús, él tenía que alimentar su alma y fortalecer su estructura espiritual.
Yo aprendí una lección muy importante de este pasaje.
Jesús nunca obtendrá una obra de las cosas terrenales, pero siempre en las cosas espirituales
A menudo, cuando Jesús entra en nuestras vidas, queremos que Jesús obre inmediatamente en las cosas terrenales, y no entendemos su acción, y apenas nos damos cuenta de que primero es necesario contar con una estructura para recibir las bendiciones espirituales que se han reservado para nosotros.
Espere pacientemente en el Señor, porque estoy seguro de que Él ya está trabajando en su vida. (Lea Juan 5:17)
Aleluya, Alabado sea el nombre de Jesús

III - JESÚS, LOS PESCADORES Y EL MILAGRO
Ahora observamos dos órdenes de Jesús y dos actitudes de los pescadores

3.1 - Colocarse en el mar profundo v.4
Jesús bien podía hacer el milagro donde estaban, porque Él tiene todo el poder para hacer lo que quiere y cómo lo quiere.
Pero Jesús les ordenó que fueran en medio del mar.

Ore y Jesús responde.
En medio del mar no estaba la playa ni la multitud, era sólo Jesús y los pescadores.
Jesús quería intimidad y profundidad en la relación
Hay que alejarse de la playa e ir a la mitad del océano, tenemos que entrar en una relación más profunda con Dios, apártese de juegos de video, el fútbol y las novelas, es el momento de orar un poco más, es el momento de disfrutar de la presencia del Dios perfecto.
Aléjese de todo lo que impide que tenga una relación más profunda con Dios, Él quiere revelar y hacer cosas maravillosas en su vida

3.2 - Reparto vuestras redes v.4
Todas las circunstancias eran contrarias a la orden imperativa de Jesús, se hizo de día, el cansancio era evidente, y Jesús era carpintero, obviamente, para algunos pescadores Jesús no sabía nada acerca de la pesca, pero si en su naturaleza humana no sabía nada de pesca, en su naturaleza divina tenía poder sobre todas las cosas.
Tome una lección de esto, preste mucha atención
Usted puede tener el control de la embarcación y de la red, pero ¿quién tiene el poder sobre el mar y los peces? es Jesús. (Santo, Santo, Santo)
No podemos hacer nada si Jesús no está con nosotros
Usted puede ser el mejor, y conocer todas las estrategias, sino el que logra lo imposible es Jesús.

3.3 - Acerca de su palabra por la red v.5
Pedro nos da una lección muy grande, aun siendo un maestro de la pesca, era humilde y creyó la palabra de Jesús.
A veces nos falta humildad y obediencia para poder disfrutar. Recuerde a Naamán, el profeta le preguntó algo tan simple, pero mostró una reacción en contra de la palabra profética, porque fue orgulloso.
Tenemos que romper nuestro orgullo, y aprender a obedecer las sencillas palabras de Jesús.

3.4 - Entonces hicieron señas a los compañeros
El milagro en su vida era tan grande que no sólo ellos fueron bendecidos, sino también los que estaban a su alrededor.
No sólo llenaron su barca, también las que estaban a su alrededor.
Esta es una palabra profética para nuestra vida, Dios quiere bendecirnos y que seamos de bendición, eche fuera el egocentrismo y no sólo desee todo para usted,
Dios quiere usarlo para bendecir a las personas que están a su alrededor.
Alabado y exaltado sea el nombre de Jesús.
Conclusión:
Podría escribir muchas cosas acerca de este pasaje maravilloso, mas no deseo ser agotador, solo acabo de escribir lo que Jesús me mandó.
Lea, medite en este sermón, tome su Biblia y lea este pasaje, estoy seguro de que Dios le hablará a usted también.


viernes, 25 de septiembre de 2015

ES TIEMPO DE LEVANTARSE Y RESPLANDECER

ES TIEMPO DE LEVANTARSE Y RESPLANDECER
Hay momentos cuando la vida golpea más fuerte que nunca. La enfermedad, los problemas, el desaliento, la frustración, las caídas, etc, y es ahí dónde necesitamos escuchar la voz que nos dice “Levántate” y entonces… ocurre el milagro.

* Isaías 60:1-2 “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.”

“¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti!

Mira, las tinieblas cubren la tierra, y una densa oscuridad se cierne sobre los pueblos. Pero la aurora del Señor brillará sobre ti; ¡sobre ti se manifestará su gloria!”

I. LEVÁNTATE

Cuando Dios en este día nos dice “Levántate”, es porque aquí hay personas que se sienten hundidas, postradas o atribuladas por diferentes motivos o circunstancias.

Dios ha visto tu corazón, te ha visto cuando estás sólo, cuando oras. Ha visto lo que pasa por tu mente. Ha visto tus frustraciones, tus caídas, tus luchas. Tu desánimo.

Cada vez que Jesús se dirigió a alguien para decirle “levántate” encontramos a una persona atribulada por una enfermedad, por un problema que superaba sus fuerzas. Personas que habían perdido toda esperanza, la fe, el ánimo y la ilusión.

Personas que tras intentarlo una y otra vez, se habían conformado a su condición porque no hallaban la respuesta ni la salida.

* Juan 5:1-8 Encontramos la historia de un hombre que llevaba 38 años paralítico. 38 años con la esperanza de poder ser sano, de salir de su opresión. 38 años de desilusión, de desesperanza, de frustraciones, de preguntas sin responder, etc.

El v.6) “Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?”

– Jesús lo vio. Para la gente era un enfermo más, un hombre con más con problemas, con debilidades. Pero para Jesús no pasó desapercibido. JESÚS TE HA VISTO, ha visto tu condición, tu estado. Jesús te ama y le importa como te sientes y lo que estás pasando.

– Jesús supo que llevaba mucho tiempo así. Jesús sabe lo que te ocurre, sabe por dónde estás pasando, sabe lo que te cuesta salir de tu situación, sabe que lo intentas, pero sin éxito, sabe que te duele estar así.

Jesús quería cambiar la situación de esta persona. No hay persona que tenga un encuentro con Jesús y no sea transformada. A Jesús le importaba lo suficiente como para preguntarle si quería ser sano, si quería salir de su situación, si quería ser libre.

¿Quieres ser sano? ¿Quieres ser libre? ¿Quieres experimentar el amor de Cristo? Aquí está Jesús esta mañana. Su sangre derramada nos recuerda que Él nos ama, Él te ama.

Levántate… Fueron las últimas palabras de Jesús antes de transformar la vida de aquel hombre. Por eso en esta mañana, Jesús te dice a ti: “Levántate”. Es tiempo de levantarse. Es tiempo de levantarse hermano, es tiempo de levantarse Iglesia.

* Lucas 5:17-26 Encontramos a otro hombre paralítico que dependía de sus amigos para ser llevado de un lugar a otro.

– Hay personas aquí quizás con una dependencia al pecado, a un vicio, dependen del afecto de alguien para sentirse amados, dependen de las cosas materiales, de tener amigos para sentirse aceptado.

– Dios te dice hoy: “Es tiempo de que te Levantes. Levántate.” Es tiempo de que salgas de esa dependencia.

– Tú no necesitas nada más, sólo a Cristo, sólo su amor.

– No necesitas sentirte aceptado. Cristo ya te aceptó tal y como eres.

– No necesitas que te den afecto para sentirte amado/a, Cristo te ama y su amor es suficiente para ti.

Por eso Dios te dice hoy: “Levántate. Es tiempo de levantarse.”

* Marcos 3:3 Jesús le dijo a un hombre con la mano seca: “Levántate…”

* Marcos 5:41 Jesús le dijo a la hija de Jairo que había muerto: “Levántate…”

* Marcos 10:49 Le dijeron a un ciego “Levántate” cuando Jesús lo llamaba.

* Lucas 7:14 Nos cuenta la historia de una mujer viuda cuyo hijo había muerto e iba a ser sepultado. La acompañaban mucha gente que iba llorando, haciendo duelo.

Pero Jesús detuvo aquel momento fúnebre, aquel momento de lamento, de muerte, de tristeza de derrota y con las palabras: “Levántate…” cambió la derrota en victoria, la muerte en vida y la agonía en esperanza.
– Fueron las palabras que escuchó uno de de los diez leprosos antes de ser salvado. Levántate (Lucas 17:19)

– Fueron las palabras que el cojo de la puerta del Templo escuchó de Pedro y Juan antes de que su vida fuese transformada. (Hechos 3:6)

– Fueron las palabras que Pablo escuchó después de tener un encuentro con Jesús en el camino y ser transformado. (Hechos 9:6)

– Fueron las palabras que Ananías escuchó antes de saber que oraría por aquel que llenaría el mundo del Evangelio. (Hechos 9:11)

– Fueron las palabras que Eneas escuchó antes de ser sano de ocho años de enfermedad. (Hechos 9:34)

– Fueron las palabras que Pedro pronunció hacia Dorcas antes de que la muerte fuese vencida por la vida. (Hechos 9:40)

– Fueron las palabras que Pedro escuchó antes de que sus tradiciones se cayeran haciéndose pedazos dando lugar a la salvación a los gentiles. (Hechos 10:13)

– Fueron las palabras que Pedro escuchó de un ángel y cuándo Pedro se levantó las cadenas de sus manos cayeron rotas. (Hechos 12:7)

– Fueron las palabras que Pablo pronunció sobre un hombre lisiado de los pies desde su nacimiento y este hombre acabó andando. (Hechos 14:10)

Por eso hermano/a, Iglesia es tan importante escuchar estas palabras que Dios te dice hoy: “Levántate”. Es tiempo de levantarse.  Entonces el pecado desaparecerá, lo enfermo ser tornará sano, el corazón endurecido es quebrado, los milagros ocurren, las personas son salvadas, lo que lleva tiempo muerto comienza a cobrar vida, las tradiciones, complejos o pensamientos arraigados caen y se derriban, las cadenas son rotas y lo torcido se endereza. Levántate en el Nombre de Jesús.

II. Y RESPLANDECE                                                            

“Levántate y resplandece…”

Resplandecer: “Despedir rayos de luz; sobresalir, aventajarse a algo.”

Dios no te llamó a ser del montón. Eres un hijo una hija de Dios así que comienza a sobresalir, en tu trabajo, en tus estudios, en tu familia, en tu vecindario.

Daniel sobresalió en sabiduría, lo mismo que los tres hombres que le acompañaban.

José sobresalió, resplandecieron en una nación oscura, idólatra.

“Reflejar gran alegría o satisfacción.” Pero esto sucede cuando das el paso de levantarte y confiar en Dios. Comienzas a Resplandecer, comienzas a sobresalir por encima de los demás. Comienzas a sentir una satisfacción y alegría que nada puede darte.

“Levántate y Resplandece Iglesia”. Ha llegado tu tiempo, el tiempo de Dios para tu vida, para tu libertad, para su salud, para tu salvación, para que salgas del anonimato, para que comiences a ser Luz, a Resplandecer en medio de la oscuridad.

* Juan 1:5  “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.”

Es la consecuencia de dar el paso de levantarte: Comienzas a Resplandecer por encima de toda la oscuridad que te rodeaba. Comienzas a vencer lo que antes te vencía.

Muchas veces que se mencionó la palabra “Levántate” también vemos que una mano se extendía para ayudar. Dios está extendiendo su mano en esta mañana y te dice: “Levántate y comienza a Resplandecer”. ¿Cuántos van a coger su mano extendida?

* Isaías 59:1 “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír;”

Dios te ha visto, ha visto tu aflicción, tu ansiedad, tus luchas, tus pruebas, Jesús te ha visto, para él no pasas desapercibido, no eres uno más. Entregó hasta la última gota de su sangre por tu nombre y apellidos, para redimirte, salvarte, sanarte y levantarte. Pero necesitas dar el paso de coger su mano y comenzar a andar.

CONCLUSIÓN

Pastor, son muchos años así, muchos años de desilusión, de frustración, de pruebas, de luchas, de caer, de ceder al pecado. ¿Por qué habría de ser diferente esta vez?

Isaías 60:1-2 “porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.”

(NVI) ¡Que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti! Mira, las tinieblas cubren la tierra, y una densa oscuridad se cierne sobre los pueblos. PERO la aurora del Señor brillará sobre ti; ¡Sobre ti se manifestará su gloria!

Jesucristo hizo posible tu libertad. Jesucristo hizo posible tu sanidad. Jesucristo te amo’, y te sigue amando y demuestra su amor sobre ti extendiéndote su mano y diciéndote: ¿Quieres levantarte? Coje mi mano. Tú sólo no puedes. ¿Quieres ser libre, sano, transformado? Coge mi mano y Levántate.

Deja que en esta mañana pronuncie estas palabras sobre ti para que ocurra el milagro: “Levántate, levántate, levántate te dice el Señor y comienza a Resplandecer” Levántate y su Gloria vendrá sobre ti. Levántate y comienza a experimentar el poder transformador de Jesús, de su Gloria.


¿Cuántos deciden levantarse hoy? ¿Cuántos se van a agarrar a la mano de Dios que hoy se extiende sobre este lugar?

jueves, 24 de septiembre de 2015

EN CRISTO SOY MAS QUE VENCEDOR

Todo lo Puedo en Cristo que me Fortalece

Cuando comparamos nuestras vidas con la de Pablo, podemos desanimarnos y sentirnos derrotados. Después de todo, ¿quién podría estar a la altura de su ejemplo?

¿Qué es lo que hace que alguien sea un triunfador en la vida? ¿La riqueza, la educación, la notoriedad o la fama? A diferencia del medidor de éxito del mundo, el de Dios mide nuestra dependencia, y no nuestra fuerza. Él busca a quienes saben que son débiles e incapaces para alcanza cualquier cosa en la vida.

El apóstol Pablo sabía cómo vivir victoriosamente. Logró tanto durante su vida porque dependía de Cristo. Cuando se acercaba a la muerte, resumió su vida con estas palabras: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2 Ti 4.7, 8).
Esa es exactamente la manera como el Señor quiere que vivamos. Él ha concebido cuidadosamente un plan para cada uno de nosotros, y nuestra responsabilidad es descubrirlo y realizarlo. Ningún cristiano tiene necesidad de llegar al fin de su vida lleno de remordimiento por las oportunidades desperdiciadas de vivir para Cristo.
Pelear la buena batalla
Cuando usted puso su fe en Cristo como su Salvador, entró a un campo de batalla. Satanás perdió su alma, pero él no piensa darse por vencido. Hará lo que sea para volverle inútil para el reino de Dios. Y puesto que usted no puede competir con el diablo; es imposible que gane esta batalla con sus propias fuerzas. Pero Cristo le ha dado su armadura y la espada de su Palabra para que pueda mantenerse firme (Ef 6.10-17).
Acabar la carrera.
Pablo asemejó la vida cristiana a un maratón. Dios ha dispuesto una senda específica para cada uno de nosotros, y nos ha concedido dones y capacidades que nos permiten cumplir con sus planes y acabar la carrera.
Guardar la fe.
Después de revelarse a Pablo en el camino de Damasco, Jesús le confió un tesoro inestimable: el evangelio. La palabra “guardar” significa “cuidar”, y eso fue lo que Pablo hizo al predicar la Palabra de Dios y defender la fe. El peligro que enfrentamos hoy es no dar la debida importancia a nuestra fe, y no apreciar el gran tesoro que ella es.

Cuando comprendemos cuán precioso es el evangelio, nos mantenemos firmes en la fe, sin dejar que las dudas y los temores nos hagan retroceder.

Cuando comparamos nuestras vidas con la de Pablo, podemos desanimarnos y sentirnos derrotados.

Después de todo, ¿quién podría estar a la altura de su ejemplo? Aunque tendemos a pensar que el apóstol fue un “supercristiano”, él sería el último en reclamar la gloria por una vida bien vivida. Pablo había aprendido el secreto: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil 4.13).

El principio de la dependencia

Para el ser humano es imposible cumplir con los propósitos de Dios, pero el Señor nos da todo lo que necesitamos. En sus cartas, Pablo utilizaba la frase “en Cristo”, para referirse a esta relación de dependencia. Vivir “en Cristo” significa que estamos caminando llenos de la vida misma de Jesús. Él habita en nosotros por medio del Espíritu Santo, que nos hace capaces de lograr todo lo que el Señor nos diga que hagamos.
El Señor Jesús utilizó la analogía de la vid y las ramas para describir esta relación. La única forma en que una rama pueda dar fruto, es permaneciendo en la vid. De la misma manera, el cristiano debe mantener conexión con Jesús para llegar a ser y hacer lo que Él desee. De hecho, Jesús dijo: “Separados de mí nada podéis hacer” (Jn 15.5).
El esfuerzo propio no tiene ningún papel en el cumplimiento de los planes del Señor en nuestras vidas. Él es el único que asume la responsabilidad de llevar a cabo su obra en y por medio de nosotros.
El problema del orgullo
Uno de los mayores obstáculos para tener una vida dependiente de Dios es nuestro absurdo orgullo. Olvidamos que Dios es nuestro Creador y Sustentador, y que dependemos totalmente de Él, aunque no nos demos cuenta de ello.
Sin el Señor, no podríamos tomar nuestra próxima respiración o tener alguna esperanza de vida eterna. Somos totalmente incapaces de salvarnos a nosotros mismos; nadie puede venir a Jesús a menos que el Padre lo traiga a Él (Jn 6.44). Quienes viven en el orgullo simplemente han cerrado sus ojos a la realidad de su condición.
El potencial de una vida dependiente
Aunque muchas personas pueden presumir de sus impresionantes logros, todo lo que hayan logrado con sus propias fuerzas no tendrá ningún valor eterno. La única manera de hacer realidad todo nuestro potencial, es relacionándonos con Dios por medio de su Hijo, viviendo en sumisión al Señor y confiando en Él. Con la presencia todopoderosa del Espíritu Santo en nosotros, podemos llevar a cabo lo que no podemos hacer humanamente.
Sin embargo, a pesar del abundante poder de Dios, muchos cristianos siguen viviendo en derrota. Cuando se les pide que sirvan al Señor de una manera que representa un desafío, exclaman: “¡No podría hacer eso!” El verdadero problema es su incredulidad. No ven la situación desde la perspectiva de Dios.
Él ha prometido fortalecernos para que podamos hacer todas las cosas dentro de su voluntad, pero le tenemos miedo al fracaso. El temor traza una línea alrededor de nuestras vidas y frena el trabajo de Dios en y por medio de nosotros. Los límites puestos por nosotros mismos nos impiden llegar a ser las personas que Él quiere que seamos.
Pero nuestro potencial en Cristo no se refiere solamente a los logros y al servicio. También se aplica a nuestras actitudes. Pablo habló también de aprender a estar contentos en cualquier circunstancia, ya sea que estemos sufriendo necesidades y adversidades, o teniendo comodidades y abundancia (Fil 4.11-13). Vemos esta misma actitud presente en su vida cuando sufría “un aguijón en la carne” (2 Co 12.7-10).
Cristo le dijo: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. La respuesta de Pablo demuestra que había aprendido realmente el valor de una vida dependiente de Dios: “Por tanto, de buena gana me gloriaré en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.
Si usted y yo pudiéramos aprender esta lección seríamos más como Pablo, porque reconoceríamos que Cristo en nosotros es suficiente para toda ansiedad, carga o tristeza que experimentemos.
La práctica de la dependencia
La gran pregunta ahora es: ¿Cómo podemos vivir en total dependencia de Cristo? El primer paso es reconocer que somos incompetentes para ser y hacer lo que Dios desea. Nuestra única esperanza de tener una vida victoriosa es cultivar la mentalidad de Gálatas 2.20: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”.
Si usted empieza cada día con esta actitud y permite que ella defina sus decisiones, comenzará a vislumbrar lo que el Señor es capaz de hacer en y a través de usted. Cuando más se rinda a los planes de Él y más confíe en el poder del Señor para obedecer, más rápido alcanzará su máximo 

miércoles, 16 de septiembre de 2015

AVANZA PARA SER BENDECIDO

Avanza no te detengas

La Biblia nos habla que hay caminos que parecen rectos, pero no todos terminan por ser buenos. Hay gente que parece que nos va a hacer bien, que parece ser una buena alternativa.. pero no todas las cosas son lo que aparentan. Lo realmente bueno está alineado en el plan y la Palabra del Señor. Cuando uno está en el camino de Dios sabe que Él siempre avanza. Las Escrituras dicen que: “El que comenzó la buena obra, la va a completar”. El Señor comenzó algo que lo va a completar en tu vida.

Aunque parezca difícil, avanza porque Dios va contigo


El libro de Josué lo podemos definir como un libro de continuación. Se puede ver como Dios va avanzando con el fin de concretar sus planes. Este movimiento divino se vio reflejado en el momento cuando Josué y todo el pueblo tuvieron un tiempo sumamente difícil porque su gran líder Moisés había partido a la presencia del Señor. Es allí cuando Dios le dice a Josué que avance porque todavía no había terminado el plan. Dios es un Dios de planes y de propósitos. Cada uno de nosotros tiene un propósito que nos está moviendo hacia delante. Dios quiere que avancemos, más allá de las circunstancias, de los momentos difíciles, de las puertas que se cierran, Dios le dijo a Josué que se levante y pase el Jordán. El Señor le decía que lo que le había limitado, hasta donde había llegado, era a los límites donde podía ver la tierra que le había prometido. Y todavía había más: ahora era momento de levantarse y tomar posesión de la promesa.

Dios tiene cosas mayores, poderosas para cada uno de nosotros. El Señor nos dice que todavía no ha completado todo lo que tiene para tu vida, tu ministerio, tu casa y todo aquello para lo cual te ha salvado y transformado. ¡Es el tiempo de ponernos en marcha otra vez!

Para poder avanzar necesitamos algunos requerimientos que no tenemos que olvidar:

1- Avanzar a pesar de las circunstancias: (Josué 1:1) Josué y el pueblo estaban pasando por un tiempo difícil. Y el Señor les dije que avanzaran a pesar de los problemas y las circunstancias. “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33). A pesar de las emociones y del cambiante estado de ánimo, no te caigas, no te desanimes, no te detengas!!

2- Apoyarnos en las promesas de Dios. (Josué 1:3-4) Ya Dios les había dado el territorio, la victoria. Jesús preparó de antemano los caminos para que anduviésemos en ellos. Tenemos que caminar en los planes de Dios, él ya resolvió todo. Josué necesitaba saber que Dios le estaba pidiendo que avanzara basándose justamente en las promesas y en los dichos que había recibido de su líder Moisés. Las palabras eran “Toma la tierra, avanza, pues las promesas de Dios se cumplen. Todos los días tenemos que levantarnos y declarar que Dios está con nosotros. Ese mismo Dios Poderoso que estuvo con Moisés, con Josué, está contigo.

En Cristo, cuando hablamos de la tierra prometida, estamos hablando en primer lugar de lo espiritual, de la plenitud de todo lo que encierra conocer a Dios. Estamos entrando a una nueva dimensión de paz, de gozo. Es todo lo que es el Señor. Es la esencia de Dios. Es volver a entender el plan y el propósito que tiene para nuestras vidas.

Cuando Dios creó al hombre, lo hizo para que tuviese comunión con él, intimidad y que lo conociera. En esa libertad se paseaba con Adán y Eva en el huerto del Edén. Dios también les dio carácter. Les dio autoridad y la capacidad de multiplicarse. Estas son las cosas que Dios quiere restaurar.

Si leemos Josué 1:5, vemos que hay una promesa de conocer a Dios muy cercanamente. No como una religión, sino conocerlo cada día más. El Señor nos ofrece su poder para avanzar y así desalojar a los enemigos que ocupan tu promesa. En ese momento eran cananeos, heteos o jebuseos, hoy pueden ser los miedos, la inseguridad, etc. En ese momento, el pueblo tenía que entrar a pelear sabiendo que no lo iban a hacer con sus propias fuerzas sino que Dios iba a estar con ellos. En cada una de nuestras batallas hay un poder sobrenatural que nos guía, nos guarda y nos protege.

El salmista decía: “Señor, enséñame a darte gracias por aquellos milagros que aún no me di cuenta y ya ocurrieron.” Hay más de mil milagros por día que el Señor hace por nosotros y no nos hemos enterado.

La fe no está basada en los sentimientos. Si decimos en un día primaveral: “Que lindo clima, que bien que me siento hoy, es palpable la gloria” no puedo decir, si luego llueve: “El diablo se levantó en contra”.

Dios está con nosotros porque su palabra lo dice. ¡No te dejaré, ni te desampararé! Y sus ángeles, que son ministradores de fuego, pelean a favor nuestro para tomar la tierra que Dios nos ha entregado. La tierra es nuestra casa, nuestra familia, las finanzas, la herencia, el ministerio y todo lo que forma parte de mi vida. La victoria para cada área ya fue concedida por el Señor y aunque el diablo se levante va a tener que salir corriendo porque dice La Palabra: “Nadie te podrá hacer frente”.